EL FORMULADOR QUE LLEVAMOS DENTRO

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Hoy no voy a hablar de formulación magistral. Sino de “mentalidad formulista”. El objetivo de hoy va a ser despertar el formulador que todo farmacéutico llevamos dentro. 

Si no haces fórmulas magistrales en tu farmacia, este escrito está dedicado a tí. Se trata de mantener despierta la neurona formuladora (saber, como sabemos, que es posible elaborar un medicamento personalizado de calidad) y aplicarla en el día a día del mostrador de tu farmacia. 

¿Con qué objetivo?

Con el objetivo de que esta neurona formuladora, nuestra “mentalidad formulista” (saber, como sabemos, que es posible elaborar un medicamento personalizado de calidad) enriquezca tu mirada farmacéutica específica a la hora de resolver problemas frecuentes relacionados con la medicación en el mostrador de tu farmacia.

A través de la formulación magistral podemos hacer lo siguiente:

  • Plantear soluciones frente a lagunas terapéuticas, desabastecimientos o retirada de medicamentos fabricados industrialmente.
  • Facilitar la administración de medicamentos y mejorar así la adherencia terapéutica.
  • Adaptar y optimizar la posología del medicamento a las necesidades del paciente o la evolución de la patología.
  • Individualizar y adaptar el tratamiento a un sin fin de particularidades del paciente.

En definitiva, cultivar nuestra neurona formuladora significa saber como farmacéuticos que las opciones terapéuticas no terminan en un catálogo estandarizado de especialidades fabricadas industrialmente. Sino que existe vida farmacoterapéutica más allá.

Si haces fórmulas magistrales en tu farmacia, este escrito también es para tí. Se trata de que la neurona farmacéutica salga de su reducto natural, el laboratorio, y se extienda hasta el mostrador de tu farmacia. Para detectar a tiempo aquellos problemas frecuentes de la farmacoterapia que pueden resolverse a través de la propuesta de una fórmula magistral.

La formulación magistral así entendida es una herramienta fundamental que enriquece las posibilidades de la atención farmacéutica. Y lo más importante, una actividad exclusiva de la farmacia, totalmente irrenunciable si contemplamos la oficina de farmacia como una empresa de servicios.

Así lo entendieron Santiago de Palma y Juan Pablo Real, profesores de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) cuando nos propusieron a Edgar Abarca y a mí escribir un capítulo sobre el papel de la formulación magistral en su nuevo libro: “La farmacia comunitaria como empresa de servicios. Una mirada global para crear valor y rentabilidad”. 

En dicho capítulo, además de profundizar en la idea de la “mentalidad formuladora” desarrollada más arriba, exponemos una serie de casos clínicos en los que la formulación resuelve problemas relacionados con la farmacoterapia (detectados desde el mostrador de la farmacia) en las áreas de dermatología, pediatría, oftalmología, psiquiatría, paliativos y tratamiento del dolor.

El libro se completa con estupendos capítulos sobre otras áreas para ayudar a crear valor en la farmacia:

  • Modelos de negocio para desarrollar servicios farmacéuticos
  • La oficina de farmacia desde una perspectiva clínica, económica y social
  • Estrategias comerciales y financieras relacionadas con la implantación de servicios
  • Servicios farmacéuticos en la era digital

¡Muy recomendable!

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DIEGO MARRO

Titular de Farmacia Marro y director del laboratorio cosmético Marro Fórmulas Originales. Programa de Dirección General del IESE.

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